UN FRAILE MUY NUESTRO: FRAY LUIS DE LEÓN

La semana pasada hice la visita para un grupo encantador de Cantabria, una preciosa tierra que conozco bastante ya que es la de mi madre, y por eso todos nosotros hemos tenido siempre un cariño especial por ella. Hablábamos durante la visita de Fray Luis de León, y les recité una poesía que escribió en la cárcel de Valladolid donde le retuvo la inquisición durante cinco años. Les gustó mucho, especialmente a una señora que me preguntó donde podía encontrarla porque le gustaría tenerla. Le pedí su correo para enviársela,  luego pensé que podía aprovechar para dedicar un post a Fray Luis de León. Así que aquí estoy, escribiendo...

Patio de Escuelas con la estatua de Fray Luis de León visto desde Ascensum

Fray Luis de León era de la provincia de Cuenca, nació en Belmonte hacía 1527. Vino a estudiar a la Universidad de Salamanca, viviendo en el convento de los agustinos ya que pertenecía a dicha orden religiosa. Fue encarcelado en la prisión de la Inquisición de Valladolid, que estaba en la calle que hoy lleva su nombre. Fue acusado ante ese tribunal por traducir el Cantar de los Cantares de Salomón a la lengua vulgar, ya que solo se aceptaba la traducción latina de la Vulgata, escrita por San Jerónimo.

Tras esos cinco años en prisión regresó a sus clases en la Universidad de Salamanca, comenzando la explicación con su famosa frase "Como decíamos ayer..." Frase que también repetirían, recordándole, Unamuno o Tierno Galván.

Sus restos descansan en la capilla de la Universidad de Salamanca y es uno de los personajes más representativos de esta Universidad. En el centro del patio de Escuelas hay una escultura suya realizada en el siglo XIX por Nicasio Sevilla. 

En el interior del edificio histórico de la Universidad, un aula lleva su nombre, siendo la única que se conserva tal y como estaba en el siglo XVI. 

Esta es la poesía:

Aquí la envidia y mentira

me tuvieron encerrado. 

¡Dichoso el humilde estado

del sabio que se retira 

de aqueste mundo malvado,

y con pobre mesa y casa,

en el campo deleitoso

con solo Dios se compasa

y a solas su vida pasa 

ni envidioso ni envidiado!